16.7.08

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1
En el tiempo que lleva Bombardero en circulación (e incluso antes), la novela de César Gutiérrez ha desatado una serie de críticas y comentarios de diverso talante. Sin embargo, positivas o negativas, la mayoría de estas reseñas en el fondo dejaban entrever un rasgo común: desconcierto. Y en cierto modo era esperable este tipo de recepción crítica frente a esta novela posmoderna, absolutamente contemporánea, que en definitiva aparecía como una propuesta atípica al interior de nuestras letras.
2
No es casual la mención a Vallejo al inicio de la novela: el cuerpo entero de Bombardero se gesta a partir del dolor del desastre. La pérdida y la incomprensión ante la destrucción que ocasiona la guerra se convierten en el impulso del narrador, para quien la experiencia traumática es doblemente sentida a nivel social y a nivel personal. En Bombardero el dolor impele a la búsqueda de información, genera alucinaciones y hace estallar recuerdos. Así se origina —en esa poderosa licuadora que es el cerebro del narrador— el material con el que va produciéndose el discurso. Porque toda la novela es una cadena de pequeñas explosiones constantes, cuyo delirio febril de escritura es organizado por una gran estructura a partir de coordenadas espacio-temporales. Bombardero es siempre un texto obsesivo que no hace sino martillar con pasión y con rabia las mismas imágenes de amor y muerte que lo perturban. Todo hecho, además, a partir de referencias culturales de apetito omnívoro. Por todo ello, Bombardero exige al lector una competencia previa.
3
En nuestra tradición narrativa no hay nada con lo que Bombardero sintonice cabalmente. Aunque a ratos me parece que, a pesar de las visibles diferencias, pueda vincularse con El cuerpo de Giulia-no, la estupenda novela de Eielson, con la que en ciertos aspectos tiene puntos en común. Justo como en esa obra, la novela contemporánea es un género que más que poseer una estructura determinada está siempre como en búsqueda de una forma propia. Y en ese sentido, sí, podemos criticarle a Bombardero la desmesura y la irregularidad, el condenado afán de Gutiérrez de querer meter todo a la cacerola, incluso lo menos inspirado. Aun en una novela deliberadamente imperfecta como ésta. Pero de ningún modo podemos negarle el valor del riesgo.
4
Líneas arriba mencioné que había cierto desconcierto en las reseñas a este libro. Un ejemplo de este desconcierto tiene que ver con la duda a la hora de darle el calificativo de novela. Por supuesto, respetamos esas opiniones, y lo menciono únicamente porque a mí más bien se me ocurre que Bombardero bien podría ser incluso más de una novela. Por ejemplo, una novela de amor (en esa insistencia elegíaca de mantener encendido el recuerdo de la amada muerta, que se convierte así en un eje vital), una novela política (en el énfasis en documentar el clima histórico-político contemporáneo y en denunciar las ideas demenciales y los mortíferos excesos de sus protagonistas), una novela de lenguaje (en la constante exploración creativa de sus límites y sus posibilidades), o una novela de ciencia ficción (en la narración del horrendo apocalipsis de un mundo en el futuro, pero vivido aquí y ahora).
5
En esta novela la escritura es el modelo del mundo en que vivimos. Ese es su procedimiento y también su logro. Porque en realidad el valor de Bombardero reside en esa forma intensa, dinámica y creativa de intentar aprehender el clima histórico y cultural de los tiempos que vivimos.
6
César Gutiérrez ha conseguido activar una novela bomba en nuestra escena literaria y hasta el momento la cifra de muertos y heridos es incalculable.

2 comentarios:

  1. Cesare,

    esto debe ser lo más lúcido que he leído hasta ahora sobre 80m84rd3r0.

    me dicen que en algunas librerías ya no hay stock del libro, ¿cómo es posible?

    80m84rd34105!

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  2. También te gusta evangelion?

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